jueves, 13 de agosto de 2009

"La Vida de Jaime"

Por Carlos Enrique Zea Agraz

En la colonia Florido de la ciudad de Tijuana vivía un joven llamado Jaime, venia de una familia humilde, pero siempre tratando de salir adelante, a él no le importaban sus padres ni sus hermanos, solo sus amigos, a los que él llamaba familia, día a día se metía en problemas por la falta de comunicación con sus padres, Jaime se refugiaba en la casa de uno de sus amigos donde se drogaba para según él olvidarse de los problemas que tenía en su casa.
La vida de Jaime era robar, drogarse, tomar con sus amigos y meterse en problemas, todos los días se levantaba muy temprano y se iba a vagar, su madre preocupada marcaba a todos los amigos que tuvo en la prepa, los cuales si habían sido sus amigos de verdad, pero nadie sabía nada.
Jaime, se perdía y luego llegaba a su casa como si nada hubiera pasado, su madre desesperad lloraba por no saber como hacer reaccionara a a Jaime, pero una noche Jaime estaba con sus “amigos” en la esquina de su barrio platicando y de repente de un carro negro se bajaron unos cholos de diferente barrio y los amigos de Jaime corrieron y lo dejaron solo, le pegaron y los golpes que le dieron lo dejaron en coma.
Después de 2 semanas reacciono y al mes salio del hospital, las primeras semanas se comportaba diferente, como si hubiera cambiado, pero al poco tiempo volvió a su vicio y siguió con los mismos pasos, poco a poco su comportamiento fue empeorando, llego a golpear a su madre por los efectos de la droga.
Una tarde, aproximadamente a las 5:00 pm, Jaime iba caminando solo por la calle y recibió un balazo en el pecho, lo que lo hizo volver al hospital, estuvo entre la vida y la muerte, pero gracias a las oraciones de toda su familia, Jaime logró salvarse.
Saliendo del hospital un día decidió ir a la iglesia, quería cambiar de estilo de vida, señal de que Dios había obrado en su mente y en su corazón, asistía con muchas ganas, mucha alegría, pero sobre todo mucha voluntad.
Pasaron tres domingos, y todas las mañanas Jaime le decía a su mamá que la quería mucho, que no se preocupara por él, porque él iba a estar muy bien, llego la hora de que todos en familia se fueran a la iglesia, Jaime estaba dándole gracias a Dios por haberlo perdonado y en ese momento murió, pero Jaime, aquel joven de aquella familia humilde siguió siendo humilde económicamente, pero rico en salvación al momento de morir.

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